Portal Chamar Táxi

Notícias El PSC se abre a un tripartito en Barcelona con la inesperada ayuda de la 'número dos' de Junqueras

Roter.Teufel

Sub-Administrador
Team GForum
Entrou
Out 5, 2021
Mensagens
50,477
Gostos Recebidos
1,391
El PSC se abre a un tripartito en Barcelona con la inesperada ayuda de la 'número dos' de Junqueras

17181416667413.jpg


Elisenda Alamany, líder de ERC en el Ayuntamiento y candidata a secretaria general del partido, firme partidaria de entrar en el gobierno de Collboni, que sin Colau podría incorporar también a los Comunes

El PSC de Jaume Collboni abre la puerta a un gobierno tripartito en Barcelona con ERC y los Comunes un año y medio después de las elecciones municipales y con el socialismo instalado en las principales parcelas de poder en Cataluña. El primer objetivo del ejecutivo municipal es negociar y aprobar los presupuestos de la capital catalana para 2025 en las próximas semanas, y el alcalde se ha prodigado en los últimos días a favor de un acuerdo «progresista» y de «izquierdas» que serviría de antesala para una posible integración de ambas formaciones en el gobierno local.

«A partir de este acuerdo sobre los contenidos de las políticas, puedo plantearme entrar en un gobierno de coalición, del que yo siempre he dicho que las puertas están abiertas. Quiero tener un gobierno más fuerte, con mayor capacidad de actuación», confirmó recientemente el propio Collboni en una entrevista en Ràdio 4.

«Lo que tenemos que hacer, lo urgente, es llegar a un acuerdo para los presupuestos. Es la mejor prueba de la voluntad que hay», avanzó el alcalde sobre la viabilidad de alcanzar un pacto con ERC y con los Comunes que pueda desembocar en una coalición para dirigir la ciudad.

El objetivo del PSC es gobernar Barcelona con holgura y no tener que negociar «pieza a pieza» con la oposición, un escenario que Collboni quiere evitarse tras su complicada travesía en el desierto en el ámbito municipal. De hecho, suma solo 10 de los 41 concejales del Ayuntamiento, y con republicanos y morados alcanzaría la mayoría absoluta.

Con ERC, el plan de los socialistas es esperar al congreso que los republicanos celebrarán en noviembre para que «se resitúen» y reanudar luego las negociaciones de los presupuestos y la gobernabilidad. De hecho, Collboni confía en que la nueva cúpula de Esquerra «desbloquee» el preacuerdo suscrito en junio y que los republicanos dejaron en suspenso coincidiendo con las negociaciones para investir a Salvador Illa.

Para ello, el PSC puede llegar a contar con una aliada inesperada: Elisenda Alamany, la actualnúmero uno de ERC en Barcelona y con quien el propio Collboni ya negoció su entrada en el Consistorio, es la candidata de Oriol Junqueras para ocupar la secretaria general en el partido en sustitución de Marta Rovira. En este sentido, Alamany, ex de los Comunes, es una de las más firmes partidarias y defensoras del acuerdo con Collboni en el Ayuntamiento. «Yo quiero que en Barcelona haya una fuerza independentista y de izquierdas como la nuestra [en el gobierno]. Es una etapa que quiero abrir», dejó claro la dirigente recientemente, candidata a número dos de Junqueras.

Con los Comunes «el camino será más largo», pero el PSC de Collboni no les cierra la puerta y ya se ha mostrado predispuesto a abordar algunas de sus reclamaciones más sociales como la regulación de los alquileres de temporada o la congelación de las tarifas del transporte público. El primer paso es lograr su apoyo a los presupuestos, y desde las filas socialistas el optimismo es creciente. «Las divergencias y los primeros meses del mandato fueron especialmente complicados, aspiro a que volvamos a empezar vía presupuestos y fiscalidad», admitió el alcalde de Barcelona sobre la relación con la facción morada, otrora socios en el Consistorio.

Ada Colau

Y en este punto entra en juego el factor Colau: la marcha de la ex alcaldesa, quien abandonará la primera línea política este octubre, impactará en las negociaciones para los presupuestos y puede facilitar un acercamiento entre el PSC y los Comunes. De hecho, Collboni usó el mecanismo de la cuestión de confianza y vinculó las cuentas de este 2024 a su continuidad después de que Colau las tumbara por sus diferencias con el alcalde socialista.

En un primer momento, Colau dio su brazo a torcer a cambio de que los socialistas pactaran con los Comunes un acuerdo de gobierno vinculado a las cuentas: la negociación se alargó 30 días, siempre con la condición de la ex alcaldesa de volver a ser protagonista en el Gobierno de Barcelona. Una cesión que el PSC de Collboni rechazó de plano en todo momento y que ha mantenido hasta ahora.

El alcalde de Barcelona recelaba del peso de Colau en el Consistorio y de la imagen que su Ejecutivo podía proyectar después de haber mantenido un gobierno a la inversa, con varias polémicas y más de un choque sobre las políticas económicas a llevar a cabo. Además, la relación entre Colau y Alamany tampoco es buena tras el paso de esta última de los Comunes a ERC, y los republicanos no querían compartir gabinete con ella. Por tanto, su marcha de la política influirá de lleno en el tablero y marcará la segunda parte del mandato del PSC en la ciudad. Eso sí, los Comunes ya han elevado su precio en público sabedores de la importancia de sus votos y exigen al PSC nuevas cesiones como la peatonalización de algunas calles del centro de la ciudad para apoyar las cuentas.

El Mundo
 
Topo