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- Out 5, 2021
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Mucho Bayer para un Betis sin ganas de fiesta
El talento de Wirtz y los dos goles de Diaby hacen añicos al equipo de Pellegrini en el BayArena, donde Fekir fue expulsado (4-0).
El Betis, con un juego aseado pero inapetente arriba, sucumbió ante un más animoso Bayer Leverkusen (4-0). El talento de Florian Wirtz sirvió para enclaustrar a los verdiblancos en su propia área, convirtiendo su ataque en una isla y su centro del campo en un solar sin construir. Ni Nabil Fekir, con ganas y relámpagos en las botas, pudo equilibrar la balanza. Pesaron más los goles que su coreografía pintona.
A las fiestas hay que ir convencido para el exceso. Al Betis le faltó entusiasmo y se dejó abucharar por un equipo que pidió al pinchadiscos mejores canciones que ellos. Y eso que empezaron bien los de Manuel Pellegrini, muy activos arriba, con William Carvalho con cierto desparpajo, con ese fútbol suyo tan desmayado e imprevisible, con Fekir muy fresco, pidiéndolas todas, asociándose en cada palmo de hierba, con Borja Iglesias cayendo a banda derecha, eternizando las carreras de Joaquín.
Un Betis seguro y sin miedo a la pista que, al ritmo que avanzaba la noche, iba retrayéndose, acodándose en la barra, evitando las luces estroboscópicas, soplándose el flequillo con las manos sujetando el mentón.
El Bayer, más garboso, vio la jarana y se lanzó sobre la portería de Rui Silva tras el tanteo inicial. Juan Miranda, arriesgado en sus subidas, convertía su espalda en un erial. Moussa Diaby eléctrico, Wirtz ubicuo y Robert Andrich inexpugnable. Empezaban a jugar con armonía los de Gerardo Seoane. Muy cerca estuvo Amine Adli de anotar en el minuto 19, su disparo sobrepasó a Rui Silva pero se encontró a Marc Bartra, que evitó que el esférico superara la cal cuando la grada germana gritaba ya el gol. Cuatro minutos después, un gol de Jeremie Frimpong fue justamente anulado por Anthony Taylor por fuera de juego. El peligro era constante y el equipo de Pellegrini daba sensación de endeblez, de hastío.
Dulzura tras el regalo
Contestó Fekir tras una recuperación en la medular. El francés consiguió disparar pese al hostigamiento de tres rivales. Lukas Hradecky, tras una corta estirada, repelió con dureza abajo. Cuando parecía que el Betis retomaba el pulso al partido, que el balón no se le deshacía en los pies, Fekir se excedió con el regate y perdió la pelota en el área ajena. El contraataque llevó a Wirtz directamente hasta la parcela de Rui Silva. Respiró, alzó la vista y vio a Diaby, que entraba solo por la derecha. La picó con dulzura y su compañero, ante tal regalo, y pese a volear con su pierna mala, batió al portero luso por su palo.
El descanso agitó el vestuario visitante. Sergio Canales y Álex Moreno entraron para darle alegría al juego de los verdiblancos. Pero antes de que las piezas encajasen sobre el césped, Diaby anotó un gol asolador en el 51. Con algo de suerte, tras una maraña en el área, con rebotes y zarandajas, su disparo fue desviado por un defensor y se coló, caótico, en la red que defendía Rui Silva. Era una montaña ya el partido. Costaba subir, era arriesgado bajar, pasaban los minutos en tierra de nadie.
Centrarse en el derbi
Una falta que Fekir estrelló contra el larguero en el minuto 66 animó tibiamente a los suyos, pero pronto respondieron los alemanes con la velocidad de Adli y la claridad de Kerem Demirbay. A la desesperada, llegaron a la portería de Hradecky, pero ya estaba decidido el encuentro. El castigo iría en aumento.
El Bayer, pese a sus muchas bajas, se estaba deshaciendo del Betis sin sufrir demasiado. En el 86, el mejor del partido, Wirtz, cobraba su premio con un gol a bote pronto con la derecha tras un preciso pase de su compañero Diaby. En el 89, Nadiem Amiri decoró la goleada.
Olvidar Europa y centrarse en el derbi deberá anotar Pellegrini en su agenda tras un partido que se enfangó en los minutos finales con una tangana que ponía un triste broche a una de esas noches desastrosas en las que lo mejor hubiera sido quedarse en casa. Para colmo de desdichas, los verdiblancos deberán afrontar ahora su futuro en Europa sin Fekir, expulsado con roja tras la gresca.
EL Mundo
El talento de Wirtz y los dos goles de Diaby hacen añicos al equipo de Pellegrini en el BayArena, donde Fekir fue expulsado (4-0).
El Betis, con un juego aseado pero inapetente arriba, sucumbió ante un más animoso Bayer Leverkusen (4-0). El talento de Florian Wirtz sirvió para enclaustrar a los verdiblancos en su propia área, convirtiendo su ataque en una isla y su centro del campo en un solar sin construir. Ni Nabil Fekir, con ganas y relámpagos en las botas, pudo equilibrar la balanza. Pesaron más los goles que su coreografía pintona.
A las fiestas hay que ir convencido para el exceso. Al Betis le faltó entusiasmo y se dejó abucharar por un equipo que pidió al pinchadiscos mejores canciones que ellos. Y eso que empezaron bien los de Manuel Pellegrini, muy activos arriba, con William Carvalho con cierto desparpajo, con ese fútbol suyo tan desmayado e imprevisible, con Fekir muy fresco, pidiéndolas todas, asociándose en cada palmo de hierba, con Borja Iglesias cayendo a banda derecha, eternizando las carreras de Joaquín.
Un Betis seguro y sin miedo a la pista que, al ritmo que avanzaba la noche, iba retrayéndose, acodándose en la barra, evitando las luces estroboscópicas, soplándose el flequillo con las manos sujetando el mentón.
El Bayer, más garboso, vio la jarana y se lanzó sobre la portería de Rui Silva tras el tanteo inicial. Juan Miranda, arriesgado en sus subidas, convertía su espalda en un erial. Moussa Diaby eléctrico, Wirtz ubicuo y Robert Andrich inexpugnable. Empezaban a jugar con armonía los de Gerardo Seoane. Muy cerca estuvo Amine Adli de anotar en el minuto 19, su disparo sobrepasó a Rui Silva pero se encontró a Marc Bartra, que evitó que el esférico superara la cal cuando la grada germana gritaba ya el gol. Cuatro minutos después, un gol de Jeremie Frimpong fue justamente anulado por Anthony Taylor por fuera de juego. El peligro era constante y el equipo de Pellegrini daba sensación de endeblez, de hastío.
Dulzura tras el regalo
Contestó Fekir tras una recuperación en la medular. El francés consiguió disparar pese al hostigamiento de tres rivales. Lukas Hradecky, tras una corta estirada, repelió con dureza abajo. Cuando parecía que el Betis retomaba el pulso al partido, que el balón no se le deshacía en los pies, Fekir se excedió con el regate y perdió la pelota en el área ajena. El contraataque llevó a Wirtz directamente hasta la parcela de Rui Silva. Respiró, alzó la vista y vio a Diaby, que entraba solo por la derecha. La picó con dulzura y su compañero, ante tal regalo, y pese a volear con su pierna mala, batió al portero luso por su palo.
El descanso agitó el vestuario visitante. Sergio Canales y Álex Moreno entraron para darle alegría al juego de los verdiblancos. Pero antes de que las piezas encajasen sobre el césped, Diaby anotó un gol asolador en el 51. Con algo de suerte, tras una maraña en el área, con rebotes y zarandajas, su disparo fue desviado por un defensor y se coló, caótico, en la red que defendía Rui Silva. Era una montaña ya el partido. Costaba subir, era arriesgado bajar, pasaban los minutos en tierra de nadie.
Centrarse en el derbi
Una falta que Fekir estrelló contra el larguero en el minuto 66 animó tibiamente a los suyos, pero pronto respondieron los alemanes con la velocidad de Adli y la claridad de Kerem Demirbay. A la desesperada, llegaron a la portería de Hradecky, pero ya estaba decidido el encuentro. El castigo iría en aumento.
El Bayer, pese a sus muchas bajas, se estaba deshaciendo del Betis sin sufrir demasiado. En el 86, el mejor del partido, Wirtz, cobraba su premio con un gol a bote pronto con la derecha tras un preciso pase de su compañero Diaby. En el 89, Nadiem Amiri decoró la goleada.
Olvidar Europa y centrarse en el derbi deberá anotar Pellegrini en su agenda tras un partido que se enfangó en los minutos finales con una tangana que ponía un triste broche a una de esas noches desastrosas en las que lo mejor hubiera sido quedarse en casa. Para colmo de desdichas, los verdiblancos deberán afrontar ahora su futuro en Europa sin Fekir, expulsado con roja tras la gresca.
EL Mundo